La escasez de material para combatir el Covid–19 ha motivado a marcas de moda a fabricar y vender mascarillas de lujo con diseños únicos y pintorescos. Sin embargo, este equipo de protección a precios desorbitados no está al alcance de todos los públicos.
Desde el comienzo del estado de alarma, el Gobierno de España ha advertido de la falta de material sanitario. Las farmacias están desbordadas y hay listas de espera de una semana para obtener una caja de guantes o de mascarillas. El factor sorpresa del coronavirus, como de cualquier otra crisis sanitaria, ha hecho que la demanda de estos productos crezca exponencialmente, dando lugar a una oferta muy limitada. Es en este punto en el que las grandes firmas de moda han visto necesaria la producción mascarillas, pese a ser más de lujo y decorativas que asequibles y prácticas.

Ya a principios de marzo, en las pasarelas de la Fashion Week de París se pudieron ver modelos luciendo mascarillas de varios diseñadores –entre ellos, de la joven diseñadora Cherry Massia–, adaptando la realidad china, y todavía lejana para Europa, a las tendencias de moda de este año. De hecho, celebrities como Gwyneth Paltrow o Bella Hadid, decidieron visitar la ciudad del amor durante el gran evento vistiendo con una mascarilla personalizada.

En este contexto, las mascarillas han dejado de ser un mero producto sanitario para convertirse en un accesorio de moda.

Las firmas de moda más lujosas se han llevado el problema a su terreno y lo han convertido en una oportunidad de negocio. Es el caso de Louis Vuitton, que ha lanzado un modelo de mascarilla de color negro por 85 dólares que incluye grandes dientes blancos en el centro rellenados con el característico logo y diseño monogram de la firma francesa.

La marca italiana Fendi también se ha sumado a esta tendencia con la venta de mascarillas por 190 euros –las cuales se encuentran agotadas–. Y ocurrió lo mismo con las de Urban Outfiters. Esta marca lanzó al mercado un modelo de mascarilla con la emblemática lengua de los Rolling Stones y en pocos días se agotó. Por su parte, la marca Off-White sigue la misma línea con la venta de varios modelos en los que insertan la palabra mask o el logo de la misma a un precio de 70 euros, asimismo, agotadas.

La venta de las mascarillas de lujo ha abierto todo un debate: por un lado, en cuanto a su aceptación artística y normalización de la situación, y, por otro, sobre la falta de ética y la ambición por el lucro que esconden.